En Rama se escuchó una voz, lamentación y llanto y gran lamento, Raquel llorando por sus hijos, y no quiso ser consolada, porque ellos no lo son.

El pasaje escrito por el profeta, Jeremias 31:15 , es la narración de una visión con referencia a la deportación de Israel al cautiverio, siendo Raquel la madre representativa de la nación, y Ramá habiendo sido una fortaleza de Israel en la frontera donde los cautivos fueron recogidos. Este pasaje profético que Mateo aplica a la matanza de los inocentes.

A Raquel se la representa como la madre de Belén y sus alrededores, porque fue aquí donde murió, al dar a luz, Génesis 35:16 . Su simpatía por las desgracias de sus hijos la llevaría a entregarse a un llanto y un duelo tan amargos como sin duda alguna las madres de Belén se entregaron en esta exhibición de crueldad repugnante y sin sentido por parte de Herodes. El consuelo y el consuelo podían servir de poco cuando se veían obligados a presenciar el asesinato de sus hijos ante sus propios ojos y sólo podían retorcerse las manos en una pena y una agonía impotentes.

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