Entonces Jesús les volvió a hablar, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, mas tendrá la luz de la vida.

Ver. 12. Yo soy la luz del mundo ] Αυτοφως, ut Plato loquitur, quia Αυταυτος, ut Scaliger.

La luz de la vida] La luz en los hombres buenos y malos difiere como la luz del sol (en el que está la influencia de un poder vivificante) y la luz de las antorchas.

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