Y estando en Betania, en casa de Simón el leproso, estando él sentado a la mesa, vino una mujer que tenía un frasco de alabastro con ungüento de nardo de muy buen precio; y quebrando el cuadro, y se sirvió él en la cabeza.

Ver. 3. De nardo muy precioso ] O puro, correcto, sincero, αδολον, no sofisticado, ni adulterado; así lo interpreta Teofilacto. Pero Scultetus dice que era nardo de Opis, una ciudad no lejos de Babilonia, de donde los olores y ungüentos más preciosos fueron transportados a otras partes (πιστικης, melius better δπιστικης).

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