11-14 A pesar del carácter de Pedro, cuando Pablo vio que actuaba de manera que dañaba la verdad del evangelio y la paz de la iglesia, no temió reprenderlo. Cuando vio que Pedro y los demás no vivían de acuerdo con el principio que el evangelio enseñaba, y que ellos profesaban, a saber, que por la muerte de Cristo se había derribado el muro de separación entre judíos y gentiles, y que la observancia de la ley de Moisés ya no estaba en vigor, como la ofensa de Pedro era pública, lo reprendió públicamente. Hay una diferencia muy grande entre la prudencia de San Pablo, que soportó y usó durante un tiempo las ceremonias de la ley como no pecaminosas, y la conducta tímida de San Pedro, que, al apartarse de los gentiles, indujo a otros a pensar que estas ceremonias eran necesarias.

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