19-21 La necesidad absoluta del arrepentimiento debe ser cargada solemnemente en las conciencias de todos los que desean que sus pecados sean borrados, y que puedan compartir el refrigerio que nada más que el sentido del amor perdonador de Cristo puede proporcionar. Bienaventurados los que han sentido esto. No era necesario que el Espíritu Santo diera a conocer los tiempos y las estaciones de estas dispensaciones. Estos temas siguen siendo oscuros. Pero cuando los pecadores estén convencidos de sus pecados, clamarán al Señor por el perdón; y a los penitentes, convertidos y creyentes, les llegarán tiempos de refrigerio de la presencia del Señor. En un estado de prueba y de libertad condicional, el Redentor glorificado estará fuera de la vista, porque debemos vivir por la fe en él.

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