Hermanos, yo no sabía que era el sumo sacerdote; parece querer decir, no lo advertí, en el transporte profético de mi mente; pero no agrega, que el hecho de que no lo advirtiera procedía del poder. del Espíritu viniendo sobre él; como sabiendo que no serían capaces de soportarlo. Esta respuesta muestra admirablemente la situación mental en la que se encontraba entonces, en parte con respecto a los transeúntes, a quienes así suaviza, añadiendo también el título de hermanos y justificando su reproche con la prohibición de Moisés; en parte con respecto a sí mismo, quien, después de que ese transporte singular se apaciguó, estaba nuevamente bajo la dirección del comando general. Éxodo 22:28 .

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