Un sacerdocio que trae perfección-- Hebreos 7:11-19 : Si la perfección, la remisión de los pecados, se hubiera podido obtener por los sacrificios ofrecidos por los sacerdotes judíos, no hubiera sido necesario que Dios diera una nueva ley y un nuevo sacerdocio . Dios envió a otro sacerdote que no era según el orden de Aarón. Este sacerdote era el propio Hijo de Dios, un sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec.

El sacerdocio del Antiguo Testamento estaba limitado a una tribu, Leví, ya una cierta familia, la de Aarón. Bajo ese sacerdocio y esos sacrificios no había perdón de pecados. Eso nos ayudó a comprender la necesidad de levantar otro sacerdote, según el orden de Melquisedec y no según el orden de Aarón. La misericordia de Dios se vio en el dar la ley y más aún en el quitar la ley. ¡Ahora los pecados pueden ser perdonados!

Bajo el sacerdocio levítico, el siguiente sumo sacerdote era el hijo mayor del actual sumo sacerdote. La muerte trajo un nuevo sumo sacerdote. La ley, por la cual Cristo fue constituido sacerdote, según el orden de Melquisedec, era el poder de una vida eterna. La vida y la inmortalidad es lo que le dio a Jesús su sacerdocio.

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