F. 12–15:13. EL PODER DEL EVANGELIO VISTO EN SU EFECTO SOBRE LA VIDA COMÚN E INDIVIDUAL DE LOS CRISTIANOS.

En esta sección, S. Pablo trata de las consecuencias de los principios que ha elaborado en cuanto afectan el carácter y la conducta de la vida cristiana. Los principios fundamentales son dos: (1) El Evangelio ofrece al cristiano el poder de conformar su vida y conducta a la voluntad de DIOS ( Romanos 1:16 ), dependiendo el uso de ese poder únicamente de la fe o confianza, como contribución del hombre a el resultado.

(2) El servicio en la ejecución de los propósitos de DIOS es la demanda fundamental que se le hace al hombre por su relación con DIOS; este principio ha sido exhibido como la explicación del fracaso de Israel (9-11); y ha de ser ahora expuesta en su sentido positivo, como determinante de las principales características de la vida cristiana. En el curso de este argumento, dos ideas principales cobran prominencia. El poder, como ya se ha mostrado ( Romanos 6:1 ss.

), es la vida de Cristo en el hombre, por la unión viva dada por el Espíritu en el bautismo. Y en consecuencia el servicio es el servicio debido a los miembros de una sociedad o cuerpo espiritual, concebido como potencialmente coextensivo con la humanidad, el servicio debido tanto a la Cabeza como a los demás miembros. Los casos especiales de la operación de este poder en el servicio están determinados por las convenciones de la época y de la situación en la que se encontraba S. Pablo y aquellos a quienes se dirige. La sección se puede resumir de la siguiente manera:

14–15:13. Un caso especial de conducta cristiana: su verdadera relación con los hermanos escrupulosos

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