Verso 20. Porque si nuestro corazón nos reprende.

Si somos deficientes en el amor a nuestros hermanos necesitados, lo sabemos; nuestra propia conciencia así nos informa. Así nos condenamos a nosotros mismos. Dios es más grande que nuestros corazones, porque él sabe todas las cosas; su condenación es, pues, cierta, porque es un Juez más perfecto e imparcial.

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Antiguo Testamento