La esperanza como ancla. "Mientras las tormentas aúllan alrededor del barco, el ancla se mantiene firme en el mundo invisible debajo de la superficie. De la misma manera, la esperanza llega a través de la cortina al santuario interior (el verdadero Lugar Santísimo) y se afianza en la presencia de Dios mismo. ¡Nuestra esperanza cristiana está anclada en la Eternidad!"

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Antiguo Testamento