4. El amor es paciente. Ahora elogia el amor por sus efectos o frutos, aunque al mismo tiempo estos elogios no están destinados únicamente a su recomendación, sino para hacer que los corintios entiendan cuáles son sus oficios y cuál es su naturaleza. El objetivo, sin embargo, principalmente a la vista, es mostrar cuán necesario es para preservar la unidad de la Iglesia. Tampoco tengo dudas de que él diseñó indirectamente para reprender a los corintios, al presentarles un contraste, en el que podrían reconocer, a modo de contrarios, sus propios vicios.

El primer elogio del amor es este: que, por la paciencia que soporta muchas cosas, promueve la paz y la armonía en la Iglesia. Casi similar a esto es la segunda excelencia: gentileza y lenidad, porque tal es el significado del verbo χρηστεύεσθαι (781) Un tercero la excelencia es que contrarresta la emulación, la semilla de todas las contiendas. Bajo la emulación, comprende la envidia, que es un vicio cercano a ella, o más bien, quiere decir que la emulación, que está relacionada con la envidia, y con frecuencia surge de ella. Por lo tanto, donde reina la envidia, donde cada uno desea ser el primero, o parece ser así, el amor no tiene lugar.

Lo que he rendido —no actúa insolentemente— está en griego χρηστεύεσθαι Erasmus lo ha rendido, no es perverso. (782) Es cierto que la palabra tiene significados diferentes; pero, como a veces se toma en el sentido de que es feroz o insolente por presunción, este significado parece ser más adecuado para el pasaje que tenemos ante nosotros. (783) Pablo, por lo tanto, atribuye amar la moderación, y declara que es una brida restringir a los hombres, para que no puedan estallar en ferocidad, pero pueden conviven juntos de manera pacífica y ordenada. Añade, además, que no tiene nada de la naturaleza del orgullo. (784) Ese hombre, entonces, que se rige por el amor, no se enorgullece de orgullo, para despreciar a los demás y sentirse satisfecho de sí mismo. (785)

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