ROM. 2:21, 22. “Tú, pues, que enseñas a otro, ¿no te enseñas a ti mismo? , ¿cometes sacrilegio?" El Apóstol, en estos versículos parece aludir a estas palabras, en Salmo 50:16-18 , “Mas al Dios malo dice: ¿Qué tienes que hacer tú para declarar mis estatutos, y para que tomes mi pacto en tu boca? Ya que aborreces la instrucción, y echas mis palabras tras de ti. Cuando veías a un ladrón, te consentías con él, y eras partícipe con los adúlteros”.

ROM. 2:29

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