Santiago 5:12-20

12 Esta prohibición es esencialmente la misma que dio nuestro Señor (Mat_5:34).

15 "La oración de fe salvará al enfermo" es una traducción muy vaga de este pasaje. La palabra que ellos traducen "oración" treinta y siete veces no está aquí. En su lugar está uno de sus elementos, que la AV misma convierte en "voto" en las únicas otras ocasiones en que ocurre (Act_18:18; Act_21:23). En ninguno de los dos contextos puede significar oración. Así que estamos seguros de que aquí se trata de un voto, no de una oración.

Así, también, con la palabra "vacilar". En Heb_12:3, la única otra aparición, lo traducen "cansado", porque evidentemente es sinónimo de "débil". Pero no estaban dispuestos a decir "salvarán a los cansados". Puede ser que la confesión de los pecados unos a otros aquí inculcada, como condición para la curación, sea el texto que originalmente condujo al confesionario. No tiene ningún atractivo para aquellos que se dan cuenta de su plenitud en Cristo y del carácter exclusivamente espiritual de la gracia trascendente de Dios en esta economía.

17 Elías oró en su oración. Él no repartió elogios y reproches a los hombres, ni buscó halagar a los hombres y dictar a Dios.

18 Esta epístola, de manera vaga, parece ser una inversión literaria, es decir, cada tema se considera una vez en la primera mitad y se vuelve a mencionar en la segunda mitad, pero en orden inverso. Tenemos la petición de sabiduría al principio (Santiago_1:5) y la oración por sanidad cerca del final (Santiago_5:13-16). Pero las correspondencias no son lo suficientemente cercanas o consecutivas para crear un esqueleto real de la epístola.

19-20 El peligro de extraviarse será especialmente grande en los últimos días (Ap_2:20; Ap_12:9; Ap_13:14). El ministerio de la restauración será necesario. Un engañado está en peor situación que un hombre enfermo. Los ancianos pueden ayudar a los segundos, cualquiera puede ayudar a los primeros. El ministerio es su propia recompensa. No significa que uno pueda encubrir sus propios pecados tratando de corregir a otras personas, una práctica demasiado común, nos tememos.