Yo no soy el Cristo - Esta confesión prueba que Juan no era un impostor. Tenía una amplia reputación. La nación esperaba que el Mesías estaba por venir, y multitudes estaban listas para creer que Juan era él, Lucas 3:15. Si John hubiera sido un impostor, se habría aprovechado de este excitado estado de sentimiento público, se habría proclamado Mesías y habría formado una gran fiesta a su favor. El hecho de que no lo hizo es una prueba completa de que no tenía la intención de imponer a las personas, sino que vino solo como el precursor de Cristo; y su ejemplo muestra que todos los cristianos, y especialmente todos los ministros cristianos, por mucho que sean honrados y bendecidos, deberían estar dispuestos a poner todos sus honores a los pies de Jesús; para contenerse y sostener ante el mundo solo al Hijo de Dios. Hacer esto es una marca eminente del verdadero espíritu de un ministro del evangelio.

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