por quien también hemos tenido entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes; y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. [Habiendo establecido plenamente la justificación por la fe como un hecho más allá de toda controversia, el apóstol ahora procede a mostrar sus frutos y beneficios. Por tanto, dice él, siendo justificados o tenidos por justos por causa de nuestra fe, hemos alcanzado, por los méritos de Jesucristo, la paz con Dios; es decir, tenemos la amistad de Dios, y nuestra conciencia inquieta se ha tranquilizado en la seguridad de que Dios ya no nos considera enemigos a los que someter, ni criminales a los que castigar.

Y, a través de los méritos de Cristo, también hemos entrado, por fe, en este estado de gracia de relación de pacto, favor, compañerismo y comunión con Dios que ahora se nos otorga, y por el cual ahora somos fortalecidos y establecidos, y tenemos esperanza de esa hermandad y comunión infinitamente mayores que disfrutaremos cuando estemos finalmente en la gloria revelada de Dios—Jn . Juan 17:24 ; Apocalipsis 21:11 ; Apocalipsis 22:4-5 ]

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