Hubo un hombre enviado por Dios El introductor de una nueva dispensación, la estrella de la mañana, que precede a la salida del Sol de justicia; cuyo nombre era JUAN Es decir, gracia; un nombre que se le dio oportunamente al precursor del Mesías, quien fue enviado a proclamar el cumplimiento inmediato de las misericordiosas intenciones de Dios hacia los hombres, cuya expectativa había sido levantada en ellos por todas sus dispensaciones precedentes. Este vino por testimonio Εις μαρτυριαν, para , o bien, con el fin de dar, un testimonio de un tipo infinitamente importante; para dar testimonio de la luz Ινα μαρτυρηση περι του φωτος, para que pudiera testificar acerca de la luz:a saber, la luz mencionada anteriormente, Cristo, la luz del mundo; que todos los hombres por él, por su testimonio; podría creer en Cristo, la luz.

El Juan, aunque fue un extraordinario mensajero de Dios, no era él mismo esa luz, sino que fue enviado simplemente para dar testimonio de esa luz y, de ese modo, atraer la atención de los hombres hacia ella e inducirlos a creer en ella; es decir, en la luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene al mundo Tanto como él es su Hacedor, quien ha puesto en sus mentes la luz de la razón y la conciencia, y cuando los visita y lucha con ellos por su Espíritu, y es el autor de esa revelación, que no estaba destinada a limitarse a la única nación de los judíos, sino a ser comunicada a toda la humanidad.

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