Al final del día de reposo, etc. Algunos escritores cierran el último capítulo así: Sellando la piedra y poniendo una guardia en la tarde del día de reposo; y empezar el presente, y cuando empezó a amanecer, etc. como el día judío comenzaba al ponerse el sol, los judíos distinguieron la tarde en dos partes, a las que llamaron la primera y la segunda tarde; la primera fue la tarde con la que terminó el día anterior, y la segunda la tarde con la que comenzó el nuevo día. La primera tarde fue el espacio desde las tres de la tarde hasta la puesta del sol; el segundo comenzaba al ponerse el sol y duró hasta las nueve, abarcando toda la primera vigilia de la noche. Aquellos escritores capaces e ingeniosos que han escrito sobre la resurrección de nuestro Señor, no están de acuerdo si la palabra tradujo el fin,significa la primera noche o la segunda. I. Aquellos que imaginan que la primera noche fue planeada por el historiador, supongan que las dos Marías fueron a visitar el sepulcro al final del sábado judío, o hacia la puesta del sol; pero que fueron impedidos por el terremoto, menciona Mateo 28:2 que los asustó de tal manera que se volvieron.

Para eliminar la objeción que pudiera surgir de la expresión, cuando empezó a amanecer, τη επιφωσκουση, observan que la palabra griega, aunque implica esa idea en su significado primario, en Lucas 23:54 significa estar a punto de Lucas 23:54comenzar, o seguir , y que la palabra debe usarse en el mismo sentido en este pasaje; Al final del sábado, cuando se acercaba el primer día de la semana. II. Aquellos que imaginan que el historiador está hablando de la segunda noche, parecen estar respaldados por el relato de San Marcos, así como por el de San Juan; porque si tomamos la palabra griega para significar acercarnos o amanecer,como ambas interpretaciones pueden implicar que aún estaba oscuro, se permitirá que su comienzo o su acercamiento al amanecer denoten el mismo punto del tiempo; es decir, el final de la noche y el comienzo del día. La única pregunta que surge de esta interpretación es cómo conciliar esto con el tiempo mencionado por S.

¿Marcos, es decir, la salida del sol? Marco 16:2. Pero esta cuestión puede resolverse sobre el principio de la hipótesis anterior, que las mujeres partieron hacia el final de la tarde o hacia el amanecer, pero se les impidió llegar al sepulcro hasta la hora determinada por San Marcos. Y de hecho, el orden de la narración de San Mateo requiere que se entienda que sus palabras significan el momento de su partida, de lo contrario todo lo que se relata del terremoto, etc. Hay que poner entre paréntesis, lo que perturbaría mucho la serie de la historia e introduciría en la construcción una dureza mucho mayor que la que ésta evita: es más, hay que confesar que difícilmente puede haber alguna dureza en la interpretación que ahora se sostiene. por. La palabra ηλθε, en San Mateo, bien podría haberse traducido fue como vino;el verbo, que en sí mismo significa ir y venir, y por lo tanto es capaz de cualquier sentido, según lo requiera el contexto.

Que en San Mateo requiere tomar la palabra original en el primer sentido, por orden, y por la siguiente razón: el hecho principal por el cual parece haber sido toda la historia de las mujeres yendo al sepulcro. relatada, es la resurrección de Cristo: y este hecho es absolutamente sin fecha, si se quiere entender que las palabras de San Mateo denotan el tiempo de la llegada de las mujeres al sepulcro. Cuando decimos sin citaqueremos decir, que no se desprende de nada en San Mateo o de los otros evangelistas, a qué hora de esa noche sucedió este gran acontecimiento: todo lo que nos dan es que cuando las mujeres llegaron al sepulcro, estaban los ángeles le dijeron que había resucitado. Pero al contrario, entendiendo St. Mateo para hablar del tiempo en que María Magdalena partió para ver el sepulcro, tenemos fijada la fecha de la resurrección, y sabemos precisamente que Cristo resucitó de entre los muertos entre el amanecer del día y el amanecer: y ¿Se puede asignar alguna razón sustancial, por quéSt.

Mateo, habiendo creído conveniente entrar en un relato tan circunstancial de la resurrección, debería omitir la fecha de un hecho tan importante; ¿O que, sin pretender marcarlo, mencionando el momento en que las mujeres van al sepulcro, debe anteponer ese hecho a otro, que en orden de tiempo es anterior a él? Por tanto, todas estas consideraciones parecen ser argumentos poderosos para entender este pasaje de San Mateo en el sentido antes expresado. Sobre el significado de San Marcos no hay disputa: ciertamente pretendía expresar el momento de la llegada de las mujeres al sepulcro; sus palabras no pueden entenderse en otro sentido: las de San Juan se limitan a la misma interpretación que las de San Mateo, habiéndose admitido antes que ambas hablan del mismo momento. Aquí se asigna la razón por la que las dos Marías partieron tan temprano. Ellos fueron aechar un vistazo al sepulcro; es decir, en general para ver si todas las cosas estaban en el mismo estado en que las habían dejado dos días antes; que si en ese intervalo hubiera sucedido algo extraordinario, pudieran informarlo a sus compañeros y, en conjunción con ellos, tomar sus medidas en consecuencia.

De ahí que también sea evidente por qué eran tan pocos en número; vinieron a ver el sepulcro, y llegaron antes de la hora señalada para su reunión. Sabían que ellos mismos no podían quitar la piedra que habían visto colocar por José de Arimatea en la boca del sepulcro, y que sabían que no podía quitarse sin un gran número de manos. Por tanto, al acercarse, se dijeron entre sí: ¿Quién nos removerá la piedra de la puerta del sepulcro?Palabras que insinúan que uno de sus principales puntos de vista al venir a ver el sepulcro, era examinar esta piedra y considerar si ellas y las otras mujeres que habían designado reunirse con ellos allí, podían por sí mismas quitarla, o si deben recurrir a la ayuda de otros; porque ¿ quién nos removerá la piedra? implica un sentido de su propia incapacidad y de la necesidad de llamar a otros; después de lo cual lo único a considerar era quién y cuántos.

Este fue, por tanto, el punto que se debatió cuando se acercaron al sepulcro. De estas palabras se desprende claramente que no esperaban encontrar ningún cadáver allí y, en consecuencia, que no sabían nada de la guardia que los sumos sacerdotes habían puesto para vigilar el sepulcro; de lo cual, si hubieran recibido alguna información, difícilmente se habrían aventurado a venir, o no habrían deliberado acerca de quitar la piedra, como la única o la mayor dificultad. Véase West on the Resurrection, pág. 48, 4

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