Y la manifestación gloriosa: la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador. Podemos observar, en apoyo de esta versión, que concuerda perfectamente con el original, que nunca leemos en las Escrituras acerca de la aparición de Dios el Padre; y consecuentemente tenemos en este texto una prueba lo más fuerte posible de la verdadera divinidad de Jesucristo. Ver 2 Pedro 1:1 .

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