(2) Sin padre, sin madre, sin descendencia, sin principio de días ni fin de vida; sino hecho semejante al Hijo de Dios; permanece sacerdote continuamente.

(2) Otro tipo: Melquisedec se presenta ante nosotros para ser considerado como uno sin principio ni fin, porque ni su padre, su madre, sus antepasados ​​ni su muerte están escritos. El tal es en verdad el Hijo de Dios, es decir, un Sacerdote eterno: como es Dios, engendrado sin madre, y hombre, concebido sin padre.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad