(d) Trabajad no por la comida que perece, sino por la comida que permanece para vida eterna, la cual el Hijo del Hombre os dará; porque Dios el Padre (e) ha sellado a él.

(d) Otorgue su trabajo y dolor.

(e) Es decir, a quien Dios el Padre había distinguido de todos los demás hombres al plantar su propio poder en él, como si lo hubiera sellado con su sello, para que pudiera ser un ejemplo vívido y una representación de él: y además él lo instaló en este oficio, para reconciliarnos a los hombres con Dios y llevarnos a la vida eterna, oficio que pertenece únicamente a Cristo.

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