(12) Porque yo sé que en mí (es decir, en mi carne) no mora el bien; porque el querer está presente en mí; pero (a) [cómo] realizar lo que es bueno no lo encuentro.

(12) Este vicio, o pecado, o ley del pecado, posee por completo a los hombres que no son regenerados, y los obstaculiza o detiene a los que son regenerados.

(a) Esto en verdad es apropiado para el hombre a quien la gracia de Dios ha hecho un hombre nuevo: porque donde no está el Espíritu, ¿cómo puede haber allí contienda?

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