Por tanto, ceñid los lomos de vuestra mente, sed sobrios, y esperad hasta el fin la gracia que os será traída en la

Apocalipsis 1-22, y vive de esa herencia que es el mismo Cristo, ahora por fe, como pronto lo harás en plena realización. Y como todas las comunicaciones del Señor hacia ustedes, son por un camino de gracia, y para la gloria de su gracia, y todo proviene del Señor mismo, para Él mismo; asegúrate de que esa vida de gracia se mantenga diariamente, y se mantenga y se lleve a cabo, mediante comunicaciones constantes de él. ¡Y lector! observe cómo el Espíritu Santo, por medio de su siervo, señala el método por el cual se preserva esta vida.

Como aquel que os llamó, santo es; Sed, pues, santos en toda forma de convivencia. El llamado de Dios es a la santidad. Y la gracia de Dios obra en nosotros esta santidad en Cristo, y de Cristo. Y por eso, cuando él dice, sed santos, porque yo soy santo; esto no es un precepto simple, sino la comunicación de la gracia habilitante. Él quiere a su pueblo en lo que él mismo ha designado. Él los obra, tanto para su voluntad como para hacer, según su voluntad.

Su gracia es para este propósito expreso. Y es para alabanza de la gloria de su gracia, cuando esto se hace. Y que prueba que la obra es su gracia, y no las labores del hombre, ni el mérito del hombre; pues entonces no podría ser en ningún sentido, para alabanza de su gracia. Y, como está en la tierra, gracia; así, en el futuro en el cielo en gloria, la presentación final y completa de la Iglesia es para sí mismo y para sí mismo, ¡para alabanza de la gloria de su gracia, con la que nos ha hecho aceptos en el Amado! ¡Oh! ¡las indescriptibles riquezas de Dios en Cristo! Vea un precepto similar de Cristo, Juan 15:4 y Comentario.

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