Digo entonces: ¿Ha desechado Dios a su pueblo? Dios no lo quiera. Porque yo también soy israelita, de la simiente de Abraham, de la tribu de Benjamín.

El alcance de este capítulo es explicar la condición actual y abrir las perspectivas futuras de Israel; y la suma de esto es, que aunque Dios pudiera parecer haber desechado a Su pueblo del pacto, este rechazo no fue ni total ni final: no total, porque aun ahora hay un remanente escogido, que han creído por gracia; no definitivo, porque viene el tiempo en que todo Israel será salvo.

Primero: Incluso ahora, Israel no es TOTALMENTE rechazado ( Romanos 11:1 )

Digo entonces: ¿Ha desechado ('¿') Dios a su pueblo? Dios no lo quiera. Nuestro Señor sí anunció que 'el reino de Dios sería quitado de Israel'; y cuando los Once le preguntaron, después de Su resurrección, si Él en ese momento "restauraría el reino a Israel", Su respuesta es una admisión virtual de que Israel, en cierto sentido, ya estaba fuera del pacto. Sin embargo, aquí el apóstol enseña que, en dos aspectos, Israel no fue "rechazado". Primero, Israel no está completamente descartado.

Porque yo también soy israelita (ver) - y por lo tanto un testimonio vivo de lo contrario;

De la simiente de Abraham - de pura descendencia del padre de los fieles;

De la tribu de Benjamín - esa tribu que, en la rebelión de las diez tribus, constituyó, con Judá, el único reino fiel de Dios, y después del cautiverio fue, junto con Judá, el núcleo de la nación judía.

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