Para nosotros hay un solo Dios, el Padre; de quien todas las cosas, y nosotros para él. Del Padre o del Padre son todas las cosas, incluso el Hijo eterno y el Espíritu Santo, aunque son el mismo Dios con el Padre. --- Y un Señor Jesucristo: por quien son todas las cosas, y nosotros por él. Todas las cosas fueron creadas por el Hijo de Dios, la sabiduría eterna e increada del Padre, de quien procede desde la eternidad, y también por el Espíritu Santo, siendo todas las criaturas igualmente obra de las tres personas divinas.

Los arrianos y socinianos pretenden desde este lugar, que sólo el Padre es verdadera y propiamente Dios. Los católicos responden que él es llamado el Dios, de quien todos, porque de él siempre procedieron, proceden y siempre procederá el Hijo y el Espíritu Santo, aunque es el mismo Dios en naturaleza, sustancia, etc. Y que cuando se le llama el Dios único, con estas palabras quedan excluidos los dioses falsos de los paganos, no el Hijo y el Espíritu Santo, que son un solo Dios con el Padre.

San Juan Crisóstomo también observa aquí (hom. Xx.) Que si las otras dos personas son excluidas, porque el Padre es llamado un solo Dios, del mismo modo de razonar se seguiría que debido a que Jesucristo es llamado el único Señor , ni el Espíritu Santo, ni siquiera el Padre, son el único Señor, mientras que las Escrituras muchas veces expresan la majestad divina, tanto por la palabra Señor como por la palabra Dios. (Witham)

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