Está listo para la ruina. Cristo vino para la redención y la salvación de todos los hombres, pero Simeón profetiza lo que sucedería como consecuencia de la ceguera voluntaria y la obstinación de muchos. (Witham) --- No es que Dios envió a su Hijo para la caída de ningún hombre; pero que muchos, por su propia perversidad, al negarse voluntariamente a recibirlo y obedecerlo, tendrían ocasión de caer. (Challoner) --- Y por una señal que será contradecida, para significar que Cristo, y su doctrina, deben ser como una marca, o una culata, contra la cual los judíos deben disparar las flechas y dardos de su malicia. (Witham) --- De ahí San Pablo, (2 Corintios ii. 16.) Somos para uno olor de muerte para muerte, pero para el otro olor de vida para vida.

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