Hemos visto su estrella. Sabían que era su estrella, ya sea por alguna profecía entre ellos o por revelación divina. Esta estrella era un cuerpo ligero en el aire, que por fin pareció señalarles el mismo lugar donde yacía el Redentor del mundo. No sabemos si los guió durante todo el trayecto de su viaje desde el Este a Jerusalén. No leemos nada más en el evangelio, pero que se les apareció en el Oriente, y que lo vieron de nuevo, al salir de Jerusalén para ir a Belén.

(Witham) --- los sabios, en la lengua siria maguseha, se supone que proceden de la Arabia Pedregosa, cerca del Éufrates. Podrían haber conservado en este país el recuerdo de la profecía de Balaam, que había anunciado la venida del Mesías mediante el emblema de una estrella (Números xxiv. 17.) que iba a surgir de Jacob. La estrella que apareció entonces era el símbolo de la estrella que Balaam había predicho. (Haydock)

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