La mujer le dijo: Señor, dame de esta agua, para que no tenga sed ni venga acá a sacarla.

Ver. 15. Señor, dame de esta agua ] Todos tendríamos la inmortalidad, pero aquí en la tierra. Algunos piensan que ella se burla de nuestro Salvador aquí; quien, por tanto, en las próximas palabras despierta su conciencia.

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