Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres.

Ver. 14. Gloria a Dios en las alturas ] Que Dios tenga toda la gloria, para que podamos tener la paz y la gracia o la buena voluntad (porque de estos ángeles, San Pablo aprendió a saludar con gracia y paz). Mihi placet distributio angelica, dice Bernard, gratanter accipio quod relinquis, relinquo quod retines: abiuro gloriam, ne amitterem pacem. Estoy muy contento con la distribución de los ángeles, acepto agradecido (Señor) lo que dejas; No me entrometo con lo que retienes.

Renuncio a la gloria, para no perder la paz. Así él. Fue el último discurso de Crisóstomo agonizante, Gloria a Dios de parte de todas las criaturas. Dejemos que los jesuitas (dice uno) al final de sus libros suscriban Laus Deo et Beatae Virgini. Que esta sea la insignia de la bestia: clamamos, Soli Deo gloria, Gloria solo a Dios.

En la paz de la tierra ] Pax, quasi pactio conditionum. Ειρηνη παρα το εις εν ειρειν, un connectendo in unum. Cristo es el gran pacificador; pero sólo a los elegidos, llamados aquí los hombres de la buena voluntad de Dios. Cuando nació, Cuncta atque continua totius generis humani aut pax fuit aut pactio. Flor. Hist. l. 4.

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