Pero ahora somos librados de la ley, por estar muertos en que fuimos retenidos; para que sirvamos con novedad de espíritu y no con la vejez de la letra.

Ver. 6. No en la vejez de la letra ] Es decir, no en ese viejo tipo de vida que vivíamos sometidos a la ley, a la irritación, coacción y maldición de la misma.

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