Temblar, y no pecar: comulgar con su propio corazón en su cama, y ​​estar quieto. Selah.

Ver. 4. Asómbrate y no peques ] Sé conmovido, conmovido o turbado. Tiembla y no peques. Pero hoy la palabra y el mundo también están alterados; porque los hombres pecan y no tiemblan; llegando a esa disposición muerta y dedolenta de aquellos paganos que estaban más allá de los sentimientos, Efesios 4:18,19 . San Pablo alude más bien a este texto, Efesios 4:6 , que lo cita, como algunos piensan.

Comunícate con tu propio corazón en tu cama ] Aconseja con tu almohada lo que tienes que hacer en un negocio tan importante como la práctica del arrepentimiento, a lo cual ahora te exhorto. Aquí, entonces, examínense a sí mismos, prueben lo que saben, como 2 Corintios 13:5 . Tamizarte, tamizarte, Sofonías 2:2 .

Retrocedan, se acobarden de nuevo sobre ustedes mismos, metieron sus manos en sus pechos, como hizo Moisés, y lo sacaron de nuevo leproso, blanco como la nieve. Hagan un repaso de sus corazones y vidas, conversen con ustedes mismos; un sabio nunca puede querer con quién hablar, aunque esté solo. Pero como es señal de que hay grandes disgustos en esa familia donde marido y mujer pasan varios días juntos y no se hablan el uno al otro; así en esa alma que huye de sí misma y puede pasar mucho tiempo sin examinarse a sí misma.

Los negocios de un buen hombre se encuentran principalmente al alcance de la mano, y se toma el mejor momento (de noche o de día) para realizarlos mejor, aunque de ese modo se acorta a su descanso natural. El señor Bradford, el joven Lord Harrington y varios otros escribían diarios o libros diarios, y con frecuencia los volvían a leer para aliviar la humillación.

Y quédate quieto. Selah ] O, haz una pausa, reflexiona sobre el trabajo del autoexamen hasta que hayas hecho algo de él, hasta que lo hayas llevado a una reforma, como Lamentaciones 3:39,40 , Probemos y volvamos. La palabra significa ser mudo y entonces todos nuestros silenciosos han fundado sus opiniones y prácticas supersticiosas; como aquellos viejos monjes de Egipto que, dice Casiano, eran umbrarum more silentes et αλαλοι, tan mudos como fantasmas. Así los monjes cartujos en este día, que hablan juntos una vez a la semana. Algunos anabautistas tampoco dirán una palabra a nadie más que a los de su propia secta.

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