43-48 Los maestros judíos entendían por "prójimo" sólo a aquellos que eran de su propio país, nación y religión, a quienes se complacían en considerar como sus amigos. El Señor Jesús enseña que debemos hacer toda la bondad real que podamos con todos, especialmente con sus almas. Debemos orar por ellos. Mientras que muchos darán el bien por el bien, nosotros debemos dar el bien por el mal; y esto hablará de un principio más noble que el de la mayoría de los hombres. Otros saludan a sus hermanos y abrazan a los de su propio partido, camino y opinión, pero nosotros no debemos limitar nuestro respeto de esa manera. El deber de los cristianos es desear, apuntar y empujar hacia la perfección en la gracia y la santidad. Y en esto debemos estudiar para conformarnos al ejemplo de nuestro Padre celestial, 1 Pedro 1:15; 1 Pedro 1:16. Seguramente se debe esperar más de los seguidores de Cristo que de los demás; seguramente se encontrará más en ellos que en otros. Supliquemos a Dios que nos permita demostrar que somos sus hijos.

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