Y ser encontrado en la moda como un hombre: un hombre común, sin ninguna excelencia o belleza peculiar. Se humilló a sí mismo, a una profundidad aún mayor. Llegar a ser obediente a Dios, aunque sea igual a él. Incluso hasta la muerte: el ejemplo más grande tanto de humillación como de obediencia. Sí, la muerte de la cruz - Infligida a unos pocos, excepto a los sirvientes o esclavos.

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