No solo haga lo mismo, sino que disfrute de aquellos que lo practican: este es el grado más alto de maldad. Un hombre puede apresurarse por sus pasiones a hacer lo que odia; pero el que se complace en los que hacen el mal, ama la iniquidad por causa de la iniquidad. Y de este modo los anima a pecar y acumula la culpa de otros sobre su propia cabeza.

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