El pecado no se enseñoreará de ti, no tiene derecho ni poder. Porque no estáis bajo la ley, una dispensación del terror y la esclavitud, que solo muestra el pecado, sin permitirte vencerlo. Sino bajo la gracia: bajo la misericordiosa dispensación del evangelio, que trae completa victoria sobre él a todo aquel que está bajo las poderosas influencias del Espíritu de Cristo.

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