El pecado no debe gobernar. La ley no tiene respuesta para el poder del pecado. No es la restricción, sino la inspiración, lo que nos libera del pecado. Pero la forma en que Pablo dice esto plantea el problema de Romanos 3:8 ; Romanos 4:1 nuevo. Utiliza el resto de este capítulo para resolver esta cuestión.

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Antiguo Testamento