Ver 18. De cierto, de cierto te digo, cuando eras joven, te ceñías, y andabas por donde querías; mas cuando seas viejo, extenderás tus manos, y otro te ceñirá, y te llevará donde no lo harías. 19a. Esto dijo, dando a entender con qué muerte había de glorificar a Dios.

CHRYS. Nuestro Señor, habiendo hecho a Pedro declarar su amor, le informa de su futuro martirio; una indicación para nosotros de cómo debemos amar: De cierto, de cierto te digo, cuando eras joven, te ceñías, y andabas por donde querías. Le recuerda su vida anterior, porque, mientras que en las cosas mundanas un joven tiene poderes, un anciano ninguno; en las cosas espirituales, por el contrario, la virtud es más brillante, la virilidad más fuerte, en la vejez; la edad no es obstáculo para la gracia.

Pedro siempre había deseado compartir los peligros de Cristo; entonces Cristo le dice: Ten ánimo; Cumpliré tu deseo de tal manera, que lo que no sufriste en la juventud, lo sufrirás en la vejez: Pero cuando seas viejo. De donde se desprende que entonces no era ni joven ni viejo, sino en la flor de la vida.

ORIGEN. No es fácil encontrar alguno dispuesto a pasar de una vez de esta vida; y por eso dice a Pedro: Cuando seas viejo, extenderás tu mano.

AGO. Es decir, será crucificado. Y para llegar a este fin, Otro te ceñirá, y te llevará a donde tú no quisiste. Primero dijo lo que sucedería, segundo, cómo sucedería. Porque no fue cuando fue crucificado, sino cuando estaba a punto de ser crucificado, que fue conducido a donde no quería. Deseaba ser liberado del cuerpo y estar con Cristo; pero, si fuere posible, quiso alcanzar la vida eterna sin las penas de la muerte; a lo cual fue contra su voluntad, pero vencido por la fuerza de su voluntad, y triunfando sobre el sentimiento humano, tan natural, que ni aun la vejez pudo privar a Pedro de él.

Pero cualquiera que sea el dolor de la muerte, debe ser vencido por la fuerza del amor a Aquel que siendo nuestra vida, voluntariamente también sufrió la muerte por nosotros. Porque si no hay dolor en la muerte, o muy poco, la gloria del martirio no sería grande.

CHRYS. Él dice, Donde no querrías, con referencia a la renuencia natural del alma a separarse del cuerpo; un instinto implantado por Dios para impedir que los hombres se pongan fin a sí mismos.

Entonces, planteando el tema, el evangelista dice: Esto habló, dando a entender con qué muerte debía glorificar a Dios: no, debía morir: se expresa así, para insinuar que sufrir por Cristo era la gloria del que sufre. Pero a menos que la mente esté persuadida de que Él es verdadero Dios, verlo de ninguna manera nos capacitará para soportar la muerte. Por lo cual la muerte de los santos es certeza de la gloria divina.

AGO. El que negó y amó, murió en perfecto amor por Aquel, por Quien había prometido morir con mala prisa. Era necesario que Cristo primero muriera por la salvación de Pedro, y luego Pedro muriera por el Evangelio de Cristo.

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