Las Promesas y su Fuente . “Puesto que Su Divino Poder nos ha concedido todas las cosas que son necesarias para la vida y la piedad, mediante el conocimiento personal de Aquel que nos llamó por la impresión de su propia gloria y excelencia; y por esta gloria y excelencia se nos han concedido promesas que nos son preciosas y gloriosas, para que, por medio de ellas, seáis partícipes de la naturaleza divina, escapando de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia.”

A lo largo de este pasaje, el contraste entre ἡμῖν, ἡμᾶς y 2 p. plural en γένησθε ( 2 Pedro 1:4 ) debe ser preservado. ἡμῖν implica el círculo apostólico, quienes, en virtud de su propia experiencia de la δόξα y ἀρετή de Cristo, pueden transmitir a estos lectores ciertas promesas “preciosas para nosotros y gloriosas”. (So ​​Spitta, Van Soden).

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