Sin embargo, no hay en todos los hombres ese conocimiento. Es decir , que un ídolo y lo que se le ofrece no son nada.

Porque algunos que tienen conciencia del ídolo hasta esta hora lo comen como algo ofrecido a un ídolo. Comen lo que se ofrece a un ídolo con reverencia, pensando que el ídolo tiene algo que es Divino, y que la ofrenda se hizo a la deidad que acecha detrás del ídolo. Así Amselmo.

Teofilacto explica este versículo de manera diferente, así: "Algunos comen de lo que ha sido ofrecido al ídolo, bajo la falsa suposición de que ha sido cambiado por el ídolo y físicamente insuflado por un demonio, y así de alguna manera afectado por él, o , en todo caso, contaminados moralmente por él, de modo que ahora se consideran su propiedad y alimento, con poder para cambiar y contaminar al que come de él. De esta manera, comen de los sacrificios de ídolos bajo la creencia errónea de que son contaminado por ellos". Este sentido también es adecuado y probable; porque no puede haber duda de que, entre los corintios convertidos recientemente, había algunos que eran demasiado escrupulosos y otros demasiado supersticiosos.

Y su conciencia, siendo débil, está contaminada. Al no estar completamente instruidos en la fe acerca de estos asuntos, van en contra de su conciencia al seguir el ejemplo de otros y al comer de los sacrificios a los ídolos. Así Crisóstomo.

Los libertinos deliran cuando establecen de este pasaje que ni la fornicación, ni la embriaguez, ni ninguna otra cosa es pecado, si la conciencia no tiene escrúpulos. Esto es para aconsejar a los hombres que se deshagan de la conciencia, para pecar a placer. Los libertinos, por tanto, no tienen conciencia; y parecería, por tanto, que han dejado de lado su hombría, su razón y toda virtud. ¡Pero qué locura es atribuir tales sentimientos al Apóstol! Porque ¿quién hay que no vea que el Apóstol no habla aquí de pecados o de cosas prohibidas, sino de cosas indiferentes, como el comer ofrendas a los ídolos?

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