No apaguéis el Espíritu ; al rehusar seguir sus indicaciones llenas de gracia, al hacer lo que sabes que es contrario a su voluntad, o al descuidar el cumplimiento del deber que te incita. Aunque el Espíritu Santo es todopoderoso, puede ser resistido. Sus influencias pueden ser apagadas, su eficacia contrarrestada, y por la comisión del pecado y el descuido del deber, los hombres pueden privarse a sí mismos de su poder salvador.

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