No se oponga ni a los dones interiores del Espíritu Santo, que son sus gracias, ni a sus dones exteriores de profecía, etc. Toma las precauciones habituales de la prudencia, para que no te engañen los que fingen estar inspirados; pero cuando estés satisfecho de que la inspiración viene del cielo, no la desprecies. Sea como buenos banqueros, tome la moneda buena y rechace la falsificación. (San Cirilo de Alejandría)

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