Apaga no al Espíritu - Este lenguaje está tomado de la forma de apagar un fuego, y el sentido es que no debemos extinguir las influencias del Espíritu Santo en nuestros corazones. Posiblemente pueda haber una alusión aquí para disparar sobre un altar, que debía mantenerse constantemente encendido. Este fuego puede haber sido considerado como un emblema de la devoción, y como denotar que esa devoción nunca se extinguiría. El Espíritu Santo es la fuente de la verdadera devoción, y por lo tanto, los sentimientos de piedad en el corazón, por el Espíritu, nunca deben ser apagados. El fuego puede apagarse vertiendo agua; o cubriéndolo con cualquier sustancia incombustible; o al descuidar el suministro de combustible. Si se va a hacer quemar, debe nutrirse con el cuidado y la atención adecuados. El Espíritu Santo, en sus influencias en el alma, se compara aquí con el fuego que podría arder más intensamente o extinguirse.

De manera similar, el apóstol le da esta dirección a Timoteo: "Te recuerdo que has despertado ἀναζωπυρεῖν anazōpurein, enciende, causa quemar) el don de Dios;" 2 Timoteo 1:6. Cualquier cosa que tienda a humedecer el ardor de la piedad en el alma; para enfriar nuestros sentimientos; para hacernos fríos y sin vida al servicio de Dios, puede considerarse como "apagar el Espíritu". La negligencia de cultivar las gracias cristianas, o de la oración, de la Biblia, del santuario, de una cuidadosa vigilancia sobre el corazón, lo hará. La mundanalidad, la vanidad, la ligereza, la ambición, el orgullo, el amor al vestido o la indulgencia en un tren de pensamiento inadecuado lo harán. Es una gran regla en la religión que toda la piedad que hay en el alma es el resultado justo de la cultura. Un hombre no tiene más religión de la que pretende tener; no tiene gracias del Espíritu que no busca; no tiene muerte para el mundo, que no es el objeto de su sincero deseo, y que no pretende tener. Cualquiera, si lo desea, puede lograr logros elevados en la vida divina; o puede hacer de su religión una mera religión de forma y saber poco de su poder y sus consuelos.

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