Quien, cuando fue injuriado, etc.— Nuestro Señor, durante el curso de su enseñanza y ministerio, pronunció terribles ayes y denuncias contra los escribas y fariseos inicuos e hipócritas; pero cuando llegó a sufrir, se abstuvo, para que sus denuncias no Se cree que procede, no del amor a la verdad y la justicia, sino de la ira y el odio, y del resentimiento por el uso cruel que encontró. En medio de todo el trato bárbaro que sufrió, nunca pronunció una palabra impaciente o amenazante .

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