Y manifestó su gloria: - Es decir, demostró su poder y carácter a la convicción de los discípulos, y en cierto sentido y grado a la de todos los invitados. Siendo este el primer milagro que habían visto realizar a Jesús, tendió no poco a la confirmación de su fe, e hizo que su fama se extendiera por todo el país vecino. Moisés confirmó su misión al producir agua de una roca; pero nuestro Señor, al transformar el agua en vino: y por ese cambio se manifestó como el Señor de la creación. Fue tan fácil para la Omnipotencia que es el autor de todas las cosas, hacer esto con el método presente, como lo es para él hacerlo todos los años de la humedad que desciende del cielo, que es absorbida por las raíces de la vid, y tras frecuentes filtraciones se madura en la uva.

Es cierto que la frecuencia con la que se produce este cambio lo hace familiar e inadvertido; pero cuando el agua se convierte en vino en los vasos, la novedad causa una impresión más fuerte en la mente; y el efecto, aunque no es un mayor ejercicio del poder Todopoderoso que el que produce el curso común de la naturaleza, nos impresiona mucho más que lo que nos resulta familiar.

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