Lleva mi yugo sobre ti. - Así como la enseñanza de los fariseos era un yugo demasiado penoso para ser soportado, así el yugo de Cristo es su enseñanza, su regla de vida, y así se explica por el “aprended de mí” que sigue. (Señor Comp. 51:26.)

Soy manso y humilde de corazón. - El acento recae en las últimas palabras. Otros pueden ser humildes con la humildad que es la escalera de la ambición, pero el orgullo y la autoafirmación reinaban en sus corazones. El Cristo, en su infinita simpatía por los hombres de todas las clases y condiciones, podía correr valientemente el riesgo de parecer jactarse de su humildad, a fin de ganar a los hombres para que vinieran y probaran por experiencia que podía y estaba dispuesto a darles descansa, para escuchar la historia de sus dolores, y no apartarse de nadie con desprecio.

Hallaréis descanso para vuestras almas. - Aquí, como a menudo en otras partes de la enseñanza de nuestro Señor, tenemos una cita directa de Jeremías ( Jeremias 6:16 ).

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