Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí; porque soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas.

Llevad mi yugo sobre vosotros [el yugo de sujeción a Jesús] y aprended de mí; porque soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Así como la voluntad de Cristo de vaciarse hasta el extremo de las exigencias de su Padre fue el manantial del inefable reposo de su propio espíritu, así en el mismo camino invita a todos a seguirlo, con la seguridad de la misma experiencia.

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