Versículo 21. ¿No tiene potestad el alfarero sobre el barro ? El apóstol continúa su respuesta al judío. ¿No ha mostrado Dios, por la parábola del alfarero, Jeremias 18:1 , para que pueda disponer con justicia de las naciones, y de los judíos en particular, según su infinita sabiduría considere más correcto y adecuado, así como el alfarero tiene derecho, con el mismo trozo de arcilla, a hacer una vasija para un uso más honorable y otra para un uso menos honorable, según su propio juicio y habilidad; pues ningún alfarero se esmerará en hacer una vasija sólo para mostrar que tiene poder para hacerla pedazos... Porque vino a Jeremías la palabra del Señor, diciendo: Levántate y baja a la casa del alfarero, y allí te haré oír mis palabras. Entonces bajé a la casa del alfarero, y he aquí que él hacía una obra sobre las ruedas. Y la vasija que hizo de barro se estropeó en las manos del alfarero; así que volvió a hacerla otra vasija, como le pareció bien hacerla al alfarero. No era apta para el lugar más honroso de la mansión, y por eso la hizo para un lugar menos honroso, pero tan necesaria para el uso del amo allí, como podría haberlo sido en una situación más honrosa. Entonces vino a mí la palabra del Señor, diciendo: Oh casa de Israel, ¿no puedo hacer con vosotros como este alfarero? He aquí que como el barro está en la mano del alfarero, así estáis vosotros en mi mano, oh casa de Israel. En qué momento hablaré de una nación y de un reino para arrancarlo, derribarlo y destruirlo; si esa nación, contra la que me he pronunciado, se convierte de su mal, me arrepentiré del mal que pensaba hacerles. Y en el momento en que yo hable acerca de una nación, para edificarla y plantarla, si hace lo malo ante mis ojos, que no obedece mi voz, entonces me arrepentiré del bien con que dije que los beneficiaría. La referencia a esta parábola muestra muy positivamente que el apóstol está hablando de los hombres, no individualmente, sino nacionalmente; y es extraño que los hombres hayan dado a sus palabras cualquier otra aplicación con esta escritura ante sus ojos.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad