(19) Por tanto, cualquiera que coma este pan y beba [esta] copa del Señor, (k) indignamente, será culpable del cuerpo y la sangre del Señor.

(19) Quien condena las santas ordenanzas, es decir, las usa incorrectamente, no es culpable del pan y del vino, sino de la cosa misma, es decir, de Cristo, y será gravemente castigado por ello.

(k) De otra manera que la forma en que tales misterios deben manejarse adecuadamente.

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