Sin embargo, no (h) totalmente con los fornicarios de este mundo, o con los avaros, o los estafadores, o con los idólatras; porque entonces es necesario que salgan del mundo.

(h) Si se abstuviera por completo de la compañía de tales hombres, debería salir del mundo. Por tanto, hablo de los que están en el seno mismo de la Iglesia, que deben ser devueltos al orden mediante la disciplina, y no de los que están fuera de la Iglesia, con quienes debemos trabajar por todos los medios posibles para llevarlos a Cristo.

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