Sin embargo, no del todo con los fornicarios de este mundo. - Esta es una limitación y explicación del mandato dado de no asociarse con fornicarios. Habría sido casi imposible que el mandamiento se obedeciera literalmente sin que el cristiano se retirara por completo de los asuntos de la vida, por lo que el Apóstol explica que es la justa fama y pureza de la Iglesia lo que está ansioso por preservar.

Hay tantos fornicarios, codiciosos e idólatras en este mundo ( es decir, el mundo pagano) que los hombres deben encontrarse con ellos. Pero el cristiano no debe tolerar tales pecados entre sí; deben excluir del círculo social a cualquier hermano que, llevando el nombre de Cristo, se entregue a los vicios del mundo pagano. La Iglesia debe ser la luz del mundo y no la receptora de las tinieblas del mundo.

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