(9) Y habiendo hecho la paz mediante la sangre de su cruz, por él reconciliar (n) todas las cosas consigo mismo; por él, [digo], sean [cosas] en la tierra, o cosas en el cielo.

(9) Ahora enseña cómo Cristo ejecutó el oficio que su Padre le dio y le ordenó, es decir, al sufrir la muerte de cruz (que fue unida a la maldición de Dios) según su decreto, que por este sacrificio él podría reconciliar con su Padre a todos los hombres, tanto a los que creyeron en el Cristo venidero, y ya estaban bajo esta esperanza reunidos en el cielo, como a los que en la tierra creyeran en él después. Y de esta manera el apóstol describe la justificación, que es una y la parte principal del beneficio de Cristo.

(n) Toda la Iglesia.

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